«A los que me acompañaron en el camino»
Transcurridas algunas horas que considero suficientes como para aclarar un poco mis ideas y empezar a descender (eso si, muy lentamente) de la nube que me envolvió desde incluso antes de alcanzar el monasterio de Valvanera, quiero aprovechar este momento de lucidez para destacar a unas personas que, si bien no han sido los únicos que me han acompañado en esta inolvidable aventura, han formado parte de la expedición y han supuesto un elemento fundamental e indispensable para lograr mi objetivo.
No voy a hablar sobre el inestimable apoyo logístico que han aportado, ni a destacar a ninguno por encima de los demás, ni a indicar qué momento o hecho fue algo inolvidable… me quedo con la humanidad, la cercanía que me han brindado cuando la demandaba sin necesidad de reclamarla, el espacio que me han dejado cuando han visto que me faltaba, su constante presencia sin titubear ni desfallecer. Y, sobre todo, quiero disculparme con ellos si en algún momento tuve una mala cara o un mal gesto hacia ellos.
Para no extenderme demasiado, quiero terminar agradeciendo a la Fundación Deporte sin Barreras la cobertura que me ha dado, pero sobre todo quiero mostrar mi agradecimiento más sincero al núcleo vital de esa entidad por la mano que me han tendido. Y de la misma forma que ellos compartieron conmigo mi sufrimiento, mi emoción y mi llanto, yo quiero compartir con ellos todos esos aplausos que he recibido durante una de las experiencias más extraordinarias de mi vida.
Muchas gracias, familia Roca…